jueves, 15 de marzo de 2012

Los barbos siguen sorprendiendo.

Otra de nuestras salidas al río que se completa con una de esas capturas que nunca olvidas.
Habíamos ido solo seis de los Arribeños, los dos José, Tomás, Manolo, Raul y yo, Agustín. Como de costumbre, los demás, se instalan con sus cañas a fondo y Raul y yo nos vamos a patear la orilla con los artificiales. El pobre Raul lleva varios días negado y no logra una buena captura, algunas regulares, pero poca cosa y lo pasa mal. Seguro que la próxima salida moja, es cuestión de suerte y no puede tardar ya.
En uno de esos lances que tienden a pasar desapercibidos y olvidados, busque cerca de la orilla y nada más caer el artificial en el agua, el mismo que días atrás me procuró los otros dos barbos, vimos una pieza atacar con fiereza justo donde había caído el señuelo. Se clavó y produjo la sorpresa, al no dejarse ver pensamos que era un lucio cercano a los diez kilos por su empeño en tirar en vertical y su potencia... Pero no, no era un lucio. 
Ha sido una pelea preciosa, y Raul la capturo de forma perfecta. Aquí os la hemos dejado.
Hasta otra amigos.

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