Tras poder ver que los dientes largos empezaban a moverse de nuevo, hoy, 23 de febrero, nos hemos escapado de nuevo a la orilla del Tormes en busca de historias y buenos ratos, y, como no, lo hemos conseguido todo.La cosa pintaba mal por la mañana,hacía demasiado viento, se aprecia bien en la fotografías que tomó Raul, pero eso no nos iba a impedir pasar un buen día, al menos estaba despejado y no hacía mucho frio
Pero como dice un viejo dicho castellano, "No hay mal que cien años dure" y así fue. Terminamos de comer, viandas no faltaron, y volvimos a la tarea. Unos a un sitio y otros a donde lo habían dejado anteriormente. Nada, la cosa parecía que iba por el mismo camino hasta que al ver que se estaba enturbiando el agua me fui buscándola más clara.
La encontré, y en tres lances, tres piezas, 2 barbos "al artificial" y un lucio pero aunque luego todos nos centramos allí para divertirnos no hubo más trofeos.
Pero daba igual, las risas y la buena armonía lo tapaban todo.
La buena compañía hizo que el día fuera para recordar. El abuelo, Manolo, y su hijo Maxi, Raul y su hermano, Oti, Boris y yo (Agustín) tenemos otra historia más para contar en el bar, la historia de los dos barbos y el luicio y también las dos liebres que pudieron coger en la cama, Boris la primera y Raul la otra. Pero no pudo ser, se escaparon las dos. je je je...
Pero no pasa nada, seguramente la próxima jornada de pesca traiga más liebres y a lo mejor otro si la coge ja ja ja ja...
Hasta otra amigos.
un buen dia si señor
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